El día 8 de noviembre, se jugó en
el Coliseo de la Videna, la quinta y última fecha de la liguilla por el
descenso. Deportivo Santa Anita jugará un año más en la División de Honor, tras
vencer 5-3 al Deportivo JAP, que con la derrota le dijo adiós a la primera
división del futsal peruano.

Se jugaba el minuto 16 del primer
tiempo y Ángel Abán cometió una falta sobre Carlos Soto, cometió la sexta falta
para su equipo, el Deportivo Santa Anita. Él sabía que a partir de la quinta
falta en adelante, cada infracción que cometiera él o cualquiera de sus
compañeros, iba a generar que les cobren un tiro libre sin barrera en contra de
su equipo, un tiro libre sin barrera que más parece un penal, en donde se
enfrenta el arquero y el pateador, en un mano a mano, en un tú a tú. Víctor
Ingo, rápidamente pidió a uno de sus compañeros, ser él quien cobrará el
“penal”, confiado en que lo anotaría, su compañero aceptó. Ingo se paró detrás
del balón y al frente, cuidando el arco de Santa Anita, estaba Emilio
Portocarrero, el ‘loco’ como le dicen sus amigos y compañeros de equipo. Lo
llamativo de este momento crucial en el partido, fue que Emilio, fue llamado
por su técnico, Enrique Polanco, el cual sabía que en el futsal no existe un
límite de cambios, para que ingrese y sea él quien ataje el penal que no
permita que el Deportivo JAP empate el partido. Frío, sin previo calentamiento
y en un partido muy caliente en donde ambos equipos se jugaban la permanencia, él
entró y no desentonó.
La hinchada de Santa Anita pifiaba desde las tribunas al
jugador que iba a patear, otros se lamentaban y es que sabían que las
probabilidades para que ese tiro libre sin barrera no sea gol, eran pocas. El
árbitro sonó su silbato y Víctor Ingo decidió patear al medio del arco, el
‘loco’ Emilio, muy hábil él, lo espero hasta el final, nunca se regaló y sacó
una mano providencial. Como dicen algunos, los palos son del arquero y pues en
este caso así iba a ser. Tras la excelente atajada del arquero suplente del
Deportivo Santa Anita, el balón iba a chocar en el travesaño superior y se iba
a ir fuera del campo para la alegría de muchos. Emilio Portocarrero, no tuvo
mucho tiempo para celebrar y es que solo entró para atajar el “penal”, es por eso
que corriendo para volver a hacer el cambio e ingrese su compañero, celebraba y
hacía un gesto cerrando el puño, dándole ánimos y fuerza a sus compañeros que
quedaban en el campo de juego. Mientras la gente del Santa Anita celebraba el
hecho de que la JAP no consiguió el empate, Víctor Ingo se agarraba la cabeza y
se lamentaba. Lamentaba el haber fallado una oportunidad clara de empatar el
partido, pero no se iba a imaginar que al final del partido, ese lamento por no
meter el penal, no iba a tener comparación con el lamento de saber que su
equipo, el Deportivo JAP, el próximo año no iba a participar en la División de
Honor de Futsal.
El partido al cual se le denominó
la “final por descenso” y que era válido por la quinta y última fecha de la
liguilla por el descenso, se jugó el martes 8 de noviembre a las 8:15 de la
noche. El Coliseo de la Videna, fue el recinto que albergó a más de 200
personas que asistieron aquel día para presenciar únicamente ese partido.
Bombos, matracas, y gritos era lo que se escuchaba aquella noche. Cualquiera
que haya estado presente, hubiera pensado que lo que se iba a jugar era un
partido para definir al campeón de la División de Honor de Futsal, pero no, lo
que se jugaban Deportivo Santa Anita y Deportivo JAP, era la permanencia en la
máxima división del futsal peruano. 23 y 21 unidades, era la cantidad de puntos
con los que llegaba cada club, respectivamente. Ambos equipos sabían que no
podían perder este partido si es que querían quedarse a competir con los
mejores equipos que tiene el Perú.
El partido inició y en apenas dos
minutos de haber comenzado, Yerson Saldarriaga, hombre que iba a ser la figura
de Santa Anita, abrió el marcador. ‘Pachamanca’, apodo con el que es más
conocido, salió jugando desde su área y con un hombre encima haciéndole marca
personal, sacó un derechazo cerca del área chica del portero del Deportivo JAP,
Carlos Torres que nada pudo hacer para evitar el gol, a pesar que sus dedos
rosaron la pelota, la cual terminó clavándose en la parte superior del arco.
Arrodillado es como acabó Carlos Torres, luego del que el balón ingresará. ‘Pachamanca’
Saldarriaga, celebró el primero de esa noche, con mesura, atinando solo a
estirar los brazos para los lados y celebrar con sus compañeros que lo fueron a
abrazar, él sabía que el partido iba a ser muy duro y que un gol no iba a bastar
para asegurar la victoria. Tras el gol, el partido se jugó de manera muy
agresiva, trabado, con muchas faltas cometidas por parte de ambos equipos.
Tanto así que tras un saque del arquero del Santa Anita, en una jugada área de
mucha fricción, Giovani Asencio iba a hacer sangrar a Juan Sutta, el capitán de
la JAP. El golpe fue un codazo, el cual produjo la hemorragia del veterano
jugador que a pesar de la lesión, siguió jugando hasta que el árbitro se dio
cuenta y paralizó el juego por algunos minutos. Así transcurrió el tiempo, con
más faltas que juego.
Llegó el minuto 16 del primer
tiempo, ambos equipos ya habían cometido 5 faltas, y Ángel Abán cometió la
sexta falta para el Deportivo Santa Anita. El tiro libre sin barrera lo cobró
Víctor Ingo y no lo pudo convertir en gol, gracias al arquero Emilio Portocarrero,
un gol que pudo haber cambiado la historia del resultado final. Sin embargo, un
minuto después, la JAP iba a encontrar el empate. Tras un gran pase de su
compañero y capitán Juan Sutta, que con el borde externo del pie le dio el pase
y le limpió la cancha a Luis Cueva, el cual definió tranquilamente, sin marca,
con el borde interno del pie y la clavó en el ángulo superior derecho. Tras el
empate, el partido estaba en un momento electrizante, ambos equipos buscaban
romper la paridad y ambos querían evitar hacer una falta, ya que sabían que iba
a generar que les cobren un tiro libre sin barrera en contra. No obstante, la
rapidez y la intensidad con la que se jugaba hicieron que Carlos Soto cometa la
sexta falta para su equipo, el Deportivo JAP. ‘Pachamanca’ Saldarriaga, se
encargó de la tenencia de balón para su equipo, era muy complicado quitarle la pelota,
tan complicado como quitársela al astro brasileño, Neymar; pero en este caso 'Pachamanca' no usaba su habilidad para regatear, como lo hace el 10 brasileño; él usaba su
corpulencia y su fuerza para alejar al rival, es por eso que Carlos Soto le
comete la falta, por la desesperación de no poder robarle el balón. El mismo
‘Pachamanca’ se encargaría de romper la paridad tras convertir el tiro libre
sin barrera en gol. Un tiro libre muy bien pateado, rasante, potente y muy bien
esquinado para que Carlos Torres no pueda hacer nada.
A pesar de que el
Deportivo Santa Anita estaba controlando el partido, Giovani Asencio iba a
cometer la séptima falta lo cual llevó a que cobren otro tiro libre sin barrera
en contra de su equipo. Esta vez, Luis Cueva fue el que se animó a patear y él
si no fallaría como si lo hizo su compañero Víctor Ingo. Con potencia y mucha
seguridad le pegó al balón, y este terminó clavándose en la esquina superior
derecha del arco de Robert Gutiérrez que no tuvo otra que ir buscarla al fondo
del arco. Con el 2-2, finalizó el emocionante primer tiempo de esa “final por
el descenso”.
El segundo tiempo fue otra
historia, una historia de ensueño para los de Santa Anita y una historia de
terror para los jugadores del Deportivo JAP. Desde que inició el segundo tiempo
hasta al final del partido, Deportivo Santa Anita, iba a demostrar su
superioridad. Solo pasaron dos minutos de haber iniciado el tiempo
complementario para que el equipo comandado por Enrique Polanco nuevamente se
ponga adelante en el marcador. Gonzalo Dávila, el muchachito que alguna vez fue
el goleador de su equipo, cuando participaban en la segunda división, se
encargó de marcar el 3-2 a través de una excelente definición en primera, la
cual hizo que el balón ingrese rasante y al primer palo del arquero que
sorprendido nada pudo hacer.
Ya con el control del juego y
pese a estar ganando el partido, el equipo de Santa Anita siguió buscando el
gol y por ello lo iba a conseguir. Giovani Asencio, el ‘9’ del equipo iba a
marcar a los 9’ del segundo tiempo e iba a poner el 4-2 que hacía que todos los
asistentes presentes, piensen que este partido ya tenía un ganador. Los
jugadores de la JAP, se miraban entre ellos, desconcertados, perplejos por lo
que estaba ocurriendo. Por el otro lado, los jugadores del Santa Anita estaban
con el ánimo al tope y aprovechando el desconcierto de su rival de turno,
logaron anotar un gol más. A los 15 minutos, Ángel Abán marcó el quinto y
último para el equipo dirigido por Enrique Polanco.
Los hinchas ya celebraban
la victoria a pesar de que el partido aún no finalizaba, ellos sabían que
remontar tres goles en menos de 5 minutos era casi imposible y por ello
celebraban. Faltaba un minuto para que finalice el encuentro y Carlos Soto
anotó el descuento para su equipo, un gol que solo iba a servir para las
estadísticas porque de todas formas no iba a cambiar nada. Pese al descuento de
la JAP, los bombos y las matracas sonaban cada vez más fuerte. Sonó el pitazo
final, los muchachos de la JAP solo atinaron a retirarse rápido del campo de
juego. Víctor Ingo se lamentaba, así como lamentó fallar ese tiro libre sin
barrera en el primer tiempo. Mientras se dirigía a los camerinos, miraba al
suelo, sabía que su equipo se despedía de la máxima categoría del futsal
peruano. Mientras tanto, los jugadores del Deportivo Santa Anita, celebraban la
victoria conseguida la cual les permite quedarse un año más en la División de
Honor. Se felicitan entre ellos, se dan abrazos muy afectuosos, de esos que uno
le da a un hermano.